El blanco es uno de los colores más utilizados en la decoración de hogar, estando presente en todas las estancias de la casa por tratarse de un color fácil de combinar. Su tonalidad llena de luz es capaz de aportar luminosidad a espacios pequeños y oscuros. Por esta razón, el blanco es un color muy presente en la decoración en los países del norte de Europa, donde es el auténtico protagonista.

Otra de las ventajas que tiene el color blanco es que consigue agrandar visualmente los espacios. Cuando se trata de decorar estancias reducidas, como un recibidor, un hall, un salón o incluso una habitación pequeña, pintar las paredes y techos en color blanco te ayudará a crear ambientes más agradables, amplios y luminosos.

Decoración en blanco

Asimismo, es un color que combina a la perfección con cualquier otro color. Da pie a introducir elementos decorativos de colores llamativos, con los que crear atrevidos contrastes, y permite jugar con diferentes texturas y materiales. Decorar tu hogar en blanco, además, te brinda la posibilidad de estrenar casa siempre que quieras. Basta renovar los textiles, por ejemplo, para crear ambientes completamente diferentes.

Una opción que nos encanta es combinar el blanco con tonos neutros. En otra ocasión, ya os contamos las claves para decorar con colores neutros y disfrutar de espacios equilibrados, elegantes y luminosos. Pues bien, combinar estos tonos con el blanco y jugar con materiales naturales es una propuesta atemporal, cálida y agradable.

Si has llegado hasta aquí y todavía no te hemos convencido, ¡sigue leyendo! El blanco, a diferencia de otros colores, se puede utilizar en la decoración de cualquier estilo, ya sea moderno, clásico, minimalista, nórdico… Y no tienes por qué limitarte a las paredes y techos. Pintar los muebles de blanco puede ser una gran opción.

Como ves, el blanco, a pesar de caracterizarse por la ausencia de color, es en sí mismo un infinito universo de colores.