La pintura blanca, más allá de ser más económica, es perfecta para dotar de luminosidad a los espacios. Su claridad hace que visualmente las estancias parezcan más amplias. Por ello, el blanco es un color perfecto para pintar espacios pequeños.

Combina con todo y ayuda a equilibrar los ambientes. En el caso, por ejemplo, de que los suelos tengan un gran protagonismo, el blanco descarga, aligera y no satura la vista.

Pintar de blanco, ¿qué tono elegir?

Cuando hablamos del color blanco, imaginamos únicamente uno, ¿verdad? Nada más lejos de la realidad. Hay infinidad de tonos de blanco, desde los más cálidos hasta los más fríos. Nuestra colección Blancos Cromáticos está compuesta por casi 30 tonalidades. Elegir la más adecuada es clave para obtener el resultado deseado, pues no todos los blancos son iguales.

Para acertar con el tono es importante tener en cuenta la cantidad de luz natural que recibe el espacio. Si es una estancia con mucha luz natural, puedes optar por blancos más puros, pues el sol reflejará e iluminará el ambiente. En cambio, si la luz natural es escasa, es aconsejable elegir un tono de blanco más cálido, como marfil, crema o beige. El lugar será más acogedor.

Otra de las virtudes de pintar de blanco es que nos ayuda a disimular imperfecciones de la pared. Valora el estado de la superficie a pintar y si no está en buenas condiciones, no lo dudes. Además, el blanco combina con cualquier otro tono y cede el protagonismo a la decoración. Si te decantas por muebles blancos y paredes blancos, utiliza el color en los complementos, como textiles, cuadros u otros elementos decorativos, para conseguir un espacio atractivo.

Dormitorios, salones, cocinas y baños… ¡cualquier estancia se puede pintar de blanco!

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