Haenke, un naturalista bohemio de origen checo, fue uno de los integrantes de la Expedición Malaspina (1789-1794) recorriendo el mundo y convirtiéndose en el que muchos llaman el naturalista del color”. Sus años de contínuo viaje y de ardua observación de la naturaleza le llevaron a dar un paso más allá de los tradicionales clasificaciones de plantas y frutos: en su cuadernillo, anotaba y catalogaba el tono exacto de todos los colores que podía apreciar, creando este instrumento para la pintura y documentación de especies vegetales con el fin de estandarizar y homogeneizar la representación botánica intercontinental.

Recorriendo la carta se puede observar cada trazo individual, un orden que nos muestra la complejidad de su recopilación y unos colores muy alejados de las representaciones actuales, pero sin duda, mucho más fidedignos. Esta forma de codificación de colores supuso, no solo un referente en la representación de los tonos, sino una nueva forma de interpretar la ciencia de la biología y la botánica. 

A día de hoy, este antiguo documento se encuentra custodiado en el Real Jardín Botánico de Madrid, y se puede seguir apreciando la viveza de cada color como Haenke la veía e interpretaba. Esta carta, a la que algunos conocen como el primer Pantone, es un documento histórico que nos regala una gran puesta en perspectiva y una mirada a la parte esencial de nuestro trabajo de hoy en día: la representación de los colores de la naturaleza.

Fuente: https://bit.ly/35jzkCa